La religión comunista

Uno de los episodios menos conocidos de la II Guerra Mundial, de cuyo inicio se conmemora estos días el 70 aniversario, es el de la matanza de Katyn.

Como explica el periodista Daniel Arasa en su artículo "Silencios sospechosos en España":

“En abril de 1943 desde Berlín se lanzó al mundo la noticia de que las tropas alemanas habían descubierto en los bosques de Katyn, en la URSS, unas fosas con los restos de miles y miles de oficiales polacos que habían sido asesinados por los soviéticos en la primavera de 1940. Habían caído prisioneros en septiembre del año anterior cuando la URSS invadió la parte oriental de Polonia”. (Aquí se puede leer más información)

Recomiendo asistir al cinefórum que se celebrará en Barcelona el próximo 16 de septiembre, con el pase de la película comentada por el cónsul de Polonia y otros expertos. En España, como en otros países, esta película que denuncia la matanza comunista, ha sido silenciada y ha tenido una repercusión mínima.

“La indulgencia con el comunismo y sus líderes es prácticamente total. En España y en algunos otros países. El caso de Katyn es uno más, porque las víctimas mortales de los Estados comunistas fueron decenas de millones y cientos de millones más vivieron oprimidos durante muchas décadas”.

El comunismo puede considerarse como una religión atea, con su propio credo y liturgia o tal vez sería más acertado llamarla secta pues se exige a los adeptos obediencia ciega a sus líderes y no se admite la más mínima disidencia o crítica a la ideología “verdadera”.

Un ejemplo de esta puesta en escena lo hemos podido comprobar, un año más, en el tradicional mitin sindical de Rodiezmo, con la presencia estelar del líder de la secta, acompañado por Alfonso Guerra, que parece un zombi viviente, la ministra de Igualdad y la incalificable Leire Pajín, con las gafas de sol colgando del escote, el pañuelo estilo Che y cantando brazo en alto, el himno de los parias de la tierra, cuanto menos chocante por parte de alguien que cobra más de 10.000 euros mensuales como Secretaria de organización del Politburó y la indemnización como ex secretaria de Estado, y a lo que pronto se añadirá el sueldo como senadora por Valencia si finalmente resulta designada.

Ignacio Camacho, en su artículo “Izquierdismo de hollín” escribe en ABC:

“En el anual aquelarre de izquierdismo de hollín los socialistas procuran olvidar que los abuelos de esos mineros de mirada fiera organizaron una sangrienta rebelión contra la Segunda República, y disimulan con verbo inflamado la realidad de que a la mayoría del auditorio lo reconvirtió González -con Guerra de vicepresidente- en un colectivo de prejubilatas. Por eso siempre se aseguran de prometerles una subida de las pensiones; trabajo hace tiempo que no tienen”.

Actualización a 25 de septiembre:

En Cinemanet publican una nota de prensa de la presentación de Katyn en Barcelona y explican que, a pesar de estar nominada a los Oscar y ser obra de uno de los más reputados directores polacos, ninguna gran distribuidora ha querido promocionarla en España, ¿una cuestión política?