martes, 23 de noviembre de 2010

El tiralíneas de Churchill

Artículo de Xavier Batalla publicado en La Vanguardia, 23 de enero 2010

Winston Churchill, de cuyo fallecimiento se cumplirán este domingo cuarenta y cinco años, fue un gigante del siglo XX que tocó todas las teclas. Fue corresponsal de guerra, historiador, orador, gran bebedor de coñac y primer ministro. También fue pintor, albañil, novelista, aviador, soldado y propietario
de caballos. Y también fue inventor. En marzo de 1921, en El Cairo, inventó el Oriente Medio moderno.

Churchill, entonces secretario de Colonias británico, convocó una conferencia
en El Cairo después de que la Sociedad de Naciones otorgara a Londres los mandatos de Palestina, Transjordania e Iraq. Churchill reunió a cuarenta expertos y políticos, entre ellos Gertrude Bell, la primera mujer nombrada para un puesto con autoridad política en el servicio colonial británico; sir Percy Cox, alto comisionado en Mesopotamia, y T.E. Lawrence (Lawrence de Arabia, para entendernos). A estos cuarenta, Churchill los denominó, con humor inglés, los “cuarenta ladrones”, según Christopher Catherwood, autor de Winston's folly (2004). Y en el cónclave, rodeado del mayor secreto, se tomaron decisiones sobre las hasta entonces provincias árabes del imperio otomano que aún hoy hacen de Oriente Medio una región convulsa. Primero se diseñó el reino títere de Iraq para Faisal ibn Husein, que pasó a ser Faisal I; después, con el mismo tiralíneas, se dibujó el emirato de Transjordania (hoy, Jordania) para Abdulah I ibn Husein, hermano de Faisal y también hijo de Husein ibn Ali, quien en la Primera Guerra Mundial cambió de bando, animado por Lawrence, para apoyar a los británicos. Catherwood ha escrito: “No es ninguna exageración afirmar que (Churchill) creó el mapa de Oriente Medio que hoy conocemos”.

Londres hizo promesas contradictorias para ganar aliados contra los otomanos,
que luchaban junto a los imperios alemán y austrohúngaro. A los árabes les prometió la independencia; a los judíos, un Hogar Nacional en Palestina (declaración Balfour, 1917), y, secretamente, pactó con París (acuerdo Sykes-Picot) el reparto de los territorios que había prometido a árabes y judíos.

En 1915, sir Henry McMahon, alto comisionado británico en El Cairo, entabló las primeras negociaciones con Husein ibn Ali, que se decía descendiente de Hachem, a su vez descendiente de Ismael (hijo de Abraham) y bisabuelo de Mahoma, por lo que era reconocido como jerife de La Meca, en Hiyaz, región de la península Arábiga. McMahon prometió a Husein que si los árabes se alzaban contra los otomanos, Gran Bretaña estaba “dispuesta a apoyar la independencia de los árabes dentro de los límites solicitados por el jerife de La
Meca”. El tiralíneas colonial trazó entonces una divisoria un tanto difusa, pero Husein entendió que todos los territorios se convertirían en un Estado árabe independiente. Londres no pensaba exactamente lo mismo. Años más tarde, McMahon dio su versión: “Considero que era mi deber afirmar, y así lo hice de manera enfática, que no pretendía asegurar al rey Husein la inclusión de Palestina en el área sobre la que había prometido la independencia árabe”. (London Times, 23/VII/1937).

En 1916, Mark Sykes, diputado británico, y Charles-Georges Picot, ex cónsul general francés en Beirut, concluyeron un pacto secreto, con la aquiescencia de Rusia, para repartirse los territorios árabes e ignorar lo que McMahon había prometido a Husein. Francia se quedó con la costa siria (hoy, Líbano); Gran Bretaña, con Bagdad y Basora (hoy, Iraq); Palestina sería administrada internacionalmente, y el resto (las actuales Siria, Mosul y Jordania) tendría jefes árabes supervisados por los gobiernos de París y Londres.

Nada más suscribir el acuerdo, sin embargo, los británicos se arrepintieron. Primero exigieron controlar Palestina y después desaprobaron que Mosul, donde comenzaba a brotar el petróleo, pasara a Francia. En 1920, en San Remo, Oriente Medio fue dividido en cinco mandatos de la Sociedad de Naciones que deberían preparar las independencias: para París, Siria y Líbano;
para Londres, Palestina, Transjordania (hoy, Jordania) y el actual Iraq, integrado por Mosul, Bagdad y Basora.

Churchill consideró que Londres, con estos arreglos, cumplió lo prometido por McMahon. Pero los tres hijos de Husein no tuvieron suerte. La dinastía iraquí de Faisal fue derrocada en 1958. Abdulah reinó en Transjordania hasta 1951, cuando fue asesinado por un palestino. Y Ali sucedió a su padre en Hiyaz hasta 1925, año en que Ibn Saud, futuro fundador de Arabia Saudí, se lo arrebató. Ocho decenios después, en el 2003, Churchill fue la fuente que inspiró a Bush, quien, al invadir el Iraq de Sadam Husein en otro mes de marzo, quiso inventar
el Oriente Medio del siglo XXI.

viernes, 18 de junio de 2010

De Gaulle y Churchill






Exactamente 70 años separan las dos imágenes. David Cameron se ha reunido con Nicolas Sarkozy como sus antecesores hicieron el 18 de junio de 1940.

Sir Winston Churchill recibía al General Charles De Gaulle, líder de las Fuerzas Armadas de la Francia Libre, exiliado en Londres después que el Mariscal Pétain rindiera el país tras la ocupación de París por las fuerzas nazis.

Desde los estudios de la BBC, De Gaulle se dirigió a la resistencia para mantener la grandeur ante la invasión alemana. Ese discurso, fue más simbólico que efectivo pues millones de franceses huían de su país mientras se emitían las palabras del General, poco conocido en la época.

Para la historia quedan las palabras de De Gaulle exhortando a sus compatriotas (discurso en francés y castellano).

La prensa de la época recogía en aquellos días la reacción de Churchill ante el armistricio de Francia y garantizaba que Inglaterra lucharía hasta el final. Aquél mismo 18 de junio pronunció uno de sus más importantes discursos que finalizaba: “Vamos a hacernos cargo de nuestras obligaciones y seamos conscientes de que si el Imperio Británico y la Commonwealth perduran por miles de años, los hombres seguirán diciendo: ésa fue su mejor hora."



Dos veteranos periodistas escriben su vivencia de aquellos días en La Vanguardia.

Charles De Gaulle. Por Jaime Arias:

Recuerdo bien el 18 de junio de 1940. Día de gloria en la vida de Hitler y de oprobio para la Francia y la Europa democráticas. Jornada cumbre de la guerra relámpago, la imparable blitzkrieg desatada por las veloces divisiones blindadas alemanas. Fecha límite de la humillante debâcledel ejército que se creía el primero del mundo. En Barcelona, en la provisional oficina de prensa anglofrancesa, instalada en un piso de la plaza Catalunya, lágrimas y caras largas ante noticias y comunicados de guerra, a cuál más tétrico. Pocos reparaban en un breve despacho de Reuters que hablaba por vez primera de un tal De Gaulle, recién ascendido a general, llegado a Londres y recibido por Churchill, que esperaba en vano a su colega y amigo Paul Reynaud.

Al otro lado de la misma plaza, sobre la moderna fachada de un inmueble bancario, ondeaba una gran bandera con la cruz gamada. Detrás de los ventanales, era perceptible un movido bullicio de funcionarios que contrastaba con la inactividad del contiguo y vetusto edificio de la Société Générale, sede del consulado de Francia, en cuya balconada sólo aparecía una triste bandera tricolor. Aquel mismo día, Pétain iba a París al encuentro del Führer para sellar la rendición.

De Gaulle nació para ser uno de los gigantes del siglo XX. Nada le venía ancho. Físicamente ya imponía. Grandes fueron sus gestos y sus gestas, su cultura, su hábil manejo del verbo y de la pluma, su sentido del deber como ciudadano, soldado o jefe de Estado, y su visión de la historia. Philippe Pétain fue su primer maestro en el arte militar y, luego, su antagonista a la hora de salvar el honor del país y situarlo entre las llamadas grandes potencias de la posguerra. Pétain, durante mucho tiempo, vio en su discípulo predilecto a su otro yo, el joven que le hubiese gustado ser: más culto, más técnico, más inteligente, "el mejor", según afirmó un día el mariscal y héroe de Verdún. Conoció a fondo las virtudes de De Gaulle, su firmeza y coraje frente al enemigo, igual de oficial a finales de la Primera Guerra Mundial que de coronel a principios de la Segunda. También conocía sus defectos de arrogancia y ambiciones políticas.

Hijo de un profesor de historia en el colegio de los jesuitas de Lille, en el que fue educado, Charles de Gaulle pertenecía a una familia burguesa de noble abolengo venida a menos. Portador de un apellido evocador de raíces de la Francia profunda, se sentía un predestinado. Además del eufónico nombre, de su elevada estatura y erudita formación, en la escuela de Saint Cyr, se reveló con madera de líder. Allí le colgaron el apodo de el Condestable,medievalista dignidad de la milicia. Si su sola presencia física impresionaba, su rostro serio y sus largos silencios le infundían aún mayor superioridad que la que irradiaba al tomar la palabra, casi siempre serena.

Al reducido núcleo de primeros seguidores de la resistencia le sugestionaban, en plena debâcle,sus intervenciones "sobrias, punzantes, precisas, desprovistas de obviedades". A Churchill, por esos mismos días, no le produciría menor impacto. Y, algo más tarde, en el prólogo de la liberación de Europa, en Washington, igual impresión sacaron Marshall y Eisenhower, impacientes por conocer la auténtica personalidad del colega francés, que llevaba fama de rebelde arrogante y orgulloso. "Se creía Juana de Arco", al decir del propio Roosevelt tras el encuentro de Casablanca.

En efecto, además de su pasión por Francia, creía en sí mismo, en tanto que símbolo de la Francia éternelle.Guardián de sus esencias, sabedor de que no gustaba a todo el mundo y de que Churchill, campeón indiscutible de las democracias, solo ante el peligro, necesitaba tener a su lado la presencia de un aliado francés con autoridad moral para hablar claro y en voz alta.

De Gaulle, como él mismo admitía, era todo un fenómeno. Personaje complejo y polifacético, soldado de una pieza, duro, inflexible, cabe decir que hasta inhumano en la batalla frente al enemigo. Pero en el estudio y en la estrategia, militar reflexivo, ilustrado, intelectual a la manera de Cervantes, hermanando armas y letras, convencido de que, en la mayoría de los casos, la fuerza de la razón y de las palabras pueden más que la espada. Y de que la fuerza espiritual que supone la voluntad de un hombre es capaz de cambiar el curso de la historia. Y, como político, taimado y ambiguo, envuelto en el misterio.

Devoto de las teorías de Clausewitz y observador inteligente y perspicaz, De Gaulle se pronunció por un cambio radical en el empleo de la fuerza. Las nuevas armas y el creciente desarrollo de la motorización le dieron a entender que contra la inmovilidad y las tácticas de la guerra de trincheras de 1914-18 se imponía la guerra de movimiento, basada en ejércitos acorazados y adiestrados en operaciones ofensivas.

Pétain y la mayoría de los mandos no prestaron crédito a esas charlas futuristas, expuestas con claridad meridiana en L´armée du metier y Le fil de l´épée,que sólo hicieron mella en los especialistas más inquietos. Mayor caso, en cambio, hicieron en Alemania entre otros el general Guderian, creador de las divisiones Panzer, que se apuntarían victorias fulgurantes en el este y en suelo francés, apoyadas por la potente Luftwaffe, poder destructivo ensayado en la guerra civil española.

Las teorías gaullistas, además de inspirarse en estudios castrenses, se nutrían de lecturas filosóficas de maestros de la antigüedad y de su tiempo, con predilección por Bergson, a quien invitó a la tribuna de la escuela militar. El entonces comandante creía en la importancia de las tesis de la energía espiritual, de la pura intuición, del carácter y de la adaptación a las circunstancias, y en otros influyentes factores psicológicos. Si Ortega sentó la máxima de "yo soy yo y mi circunstancia", De Gaulle definía la acción diciendo que "son hombres en medio de las circunstancias", y que adaptado a ellas, a sus riesgos y sorpresas, se trata de saber explotarlas.

Formación superior que le tuvo mejor preparado que la mayoría de los estadistas de su época ante las tormentas que se echaban encima. Opinaba que "sea cual sea el rumbo que tome el mundo, no podrá prescindir de las armas". Pero hablaba con respeto a la sociedad civil y, aunque de filiación familiar monárquica, acataba las leyes de la República, convencido de que el deber del estadista era el de "conciliar la autoridad del Estado con la libertad de los ciudadanos". A la hora de la verdad, predicó con el ejemplo: fundó la V República, sobre la base de una Constitución que aseguró gobiernos estables, a diferencia de las anteriores, en permanentes crisis. Años fundacionales de cuyas rentas se sigue beneficiando la estabilidad del Elíseo. Pero siempre, tras consultas populares y elecciones generales, celosamente constitucionales.

Fue un soldado muy singular en la guerra y en la paz. Un presidente que colocaba a su derecha a un intelectual de desbordante personalidad e imaginación. Ministro de las ideas es como describe al titular de Cultura con quien compartió una insobornable pasión por Francia y el concepto de la Europa de las patrias. Sobre esa especial amistad ya escribí que aquel hombre de acción que había en André Malraux encontró en su héroe el mejor motivo de servicio a su país. De igual modo que en el intelectual que había en De Gaulle, este veía en el artista la pluma que perpetuaría su gloria. La del aristócrata de familia monárquica que por dos veces había salvado a la República.

De Gaulle no careció de sentido del humor. Por ejemplo, cuando salió ileso, de milagro, del atentado de la OAS, sólo dijo que había sido "Une plaisanterie de mauvais goût" (una broma de mal gusto). Tímido en el fondo, sus rasgos más sensibles solían refugiarse en el amor a Ivonne, la mujer de su vida, y reservaba una gran ternura a su hija Ana, con síndrome de Down. "Ahora, Ana ya es igual a todos los mortales", comentó al salir de su entierro.

De la política, una de sus obsesiones fue la de "saber salir a tiempo". También predicó con el ejemplo. Encontró el momento oportuno con el pretexto de un referéndum sobre la descentralizadora regionalización que suponía iba a perder. Se retiró a su sobria finca de Colombey con digna y silenciosa grandeza.

Aquel 18 de junio de 1940. Por Carlos Sentís:

Tal día como hoy, 18 de junio, el de 1940, se hallaba Francia en extrema depresión tras la firma del armisticio con las tropas alemanas que ocupaban el país. La guerra entre ambos países se había dado por concluida. Quienes a escondidas escuchaban Radio Londres, se encontraron con una voz para ellos desconocida. Tras una escueta autopresentación, el orador anunció: "Hemos perdido una batalla, pero no la guerra". ¿Quién era aquel hombre que había osado rasgar la estática situación? Pronto se supo. Era un coronel que el presidente del Gobierno francés, en plena debacle, había nombrado subsecretario de Defensa. ¿Y por qué? De Gaulle era un estudioso del Estado Mayor y había publicado un libro anunciando que la guerra que se presagiaba iba a ser "de movimiento" y no de trincheras, tesis contraria a la del Estado Mayor, que se creía a cubierto tras las enormes fortificaciones de la llamada línea Maginot, que cubría la total frontera francoalemana. Sin embargo, los alemanes la contornearon e invadieron Bélgica, desde donde penetraron fácilmente en Francia.

De Gaulle estableció una base en una lejana y pobre colonia, Brazzaville, a orillas del río Congo, para existir como Estado propio. "¿Cómo conseguiste ir allí como corresponsal de guerra?", me han preguntado en diversas ocasiones. No lo conseguí, me lo ofrecieron. Tras la constitución del doble gobierno francés, su embajada en España se escindió: unos permanecieron fieles a Vichy, de donde enviaron aun importante embajador, y otros se pusieron a las órdenes de De Gaulle. Pasaron unos meses y desde Argel llegó a Madrid el diplomático Jacques Truel, que viajaba de incógnito para conseguir que la prensa española, tan influida por la embajada alemana, dejara de referirse a De Gaulle como un "aventurero". Jacques Truel, a través de sus colegas, se dirigió a mí ofreciéndome que en el caso de obtener yo uno o dos periódicos importantes, el ministro de Información de De Gaulle, René Pléven, me invitaría a unirme como corresponsal a las fuerzas africanas. Tuve que sortear a los directores de Abc y La Vanguardia para recabar una credencial de don Ignacio Luca de Tena - monárquico oficial-y de don Carlos Godó Valls, conocido también por su anglofilia.

Cuando después de múltiples semanas llegué a Argel desde Brazzaville, el cónsul español allí, desde hacía pocos días, era Sangróniz, un alto diplomático. El rumbo de la guerra empezaba a cambiar y los aliados ya no perdían. Sangróniz me dijo: "No ha salido ninguna de sus crónicas. Ahora empezarán a hacerlo".

Se dice que no hay mal que por bien no venga, y a veces así ocurre. Desde Argel y con la guerra casi terminada, regresé a Barcelona, donde pude publicar los textos de aquellas crónicas, adaptados en forma de capítulos, en un libro, Áfricaen blanco y negro.Hice llegar un ejemplar al general De Gaulle, quien me contestó con una carta de agradecimiento que me confundió. Era yo quien debía estar agradecido.

Después, ya en París, De Gaulle no aguantó las luchas entre partidos, que habían reanudado su politiquería. Se retiró a su casa solariega de Colombey-les-DeuxÉglises. En aquel momento escribí un artículo en Abc titulado "Au revoir, mon général". No pocos se rieron de mí porque durante doce años De Gaulle no volvió, pero en mayo de 1958 fueron a buscarle y el mismo presidente de la República, René Coty, quiso, con la Cámara de Diputados, nombrarle presidente de un gobierno que debía, ante todo, vérselas con la guerra de Argelia y recomponer un panorama político tan descompuesto. Entonces corresponsal en París, asistí al discurso que De Gaulle pronunció en la Cámara, en horas de la madrugada, aceptando el encargo, pero condicionado a un cierto cambio de estructuras políticas basado en hacer más ejecutiva la presidencia de la República y estableciendo una mayor duración de las legislaturas. Mis contactos con De Gaulle fueron discretos. Fui a él presentado en el estadio de Brazzaville, durante un partido de fútbol en que los jugadores jugaban con los pies descalzos. Con el típico calor ecuatorial, por el enjuto rostro de De Gaulle se deslizaban perlas de sudor. Trasladados luego a Argel, le veía semanalmente en las conferencias de prensa que daba en tanto que presidente de la provisional France Libre. No era, pues, un amigo, como algunos han pensado. Simplemente me conocía y me llamaba por mi nombre.

Francia no habría sido considerada por los aliados victoriosa si el mariscal Juin no hubiera ascendido por la bota de Italia y Leclerc no hubiera entrado en París con su división, en la que había no pocos voluntarios republicanos españoles.

Charles de Gaulle tuvo que superar muchas dificultades en campo propio con el general Giraud y también entre los jefes del mando aliado, como Stalin y Roosevelt. No le invitaron a la conferencia de Yalta, en la cual el presidente americano no resistió la presión de Stalin.

En momentos en que cruelmente faltan líderes políticos en Europa, es bueno recordar a quien partiendo de un simple micrófono de Radio Londres encendió la luz de la esperanza y la resistencia de su país.

lunes, 31 de mayo de 2010

Maternidad y aborto

Después de tiempo sin escribir en los medios de comunicación, la semana pasada envié una “carta al director” a El Periódico, sobre una noticia reciente sobre las facilidades que quiere implantar la Generalitat para que las mujeres aborten.

Procuré escribir la carta de manera concisa y objetiva para evitar que la rechazaran o recortaran y quedara tergiversado el mensaje que quería transmitir. El resultado ha sido que el contenido de la carta es bastante exacto al original que envié si bien el título ha cambiado. El mío era “Maternidad y aborto” mientras que el que han publicado es “Libre elección” tal vez para querer vender que el aborto ha de ser libre. Justo lo contrario de lo que transmito en la carta.

Elección libre

Según informó EL PERIÓDICO en su edición del 24 de mayo, la Conselleria de Salut planea que el 50% de los abortos se hagan en casa mediante la píldora abortiva RU-486. Las primeras palabras que me han venido a la mente han sido la de aborto exprés. Es un paso más hacia la trivialización de un problema grave cuya primera víctima es la mujer y que, con esta medida, aún quedará más desamparada.

Leo que la maternidad precoz hipoteca toda la vida de las mujeres. Sin embargo, no se habla de las secuelas psicológicas que sufren las mujeres que, por un motivo u otro, abortan. Síndrome del que no se les informa, pues en muchas ocasiones no se les plantea otra alternativa que no sea poner fin a la gestación. Para ayudar de verdad a las chicas embarazadas se les debería dar un asesoramiento completo, explicándoles las alternativas de que disponen, incluyendo las consecuencias médicas y psicológicas, y ampliar las ayudas a la maternidad para que su elección sea, de verdad, libre.

jueves, 13 de mayo de 2010

"Sangre, esfuerzo, sudor y lágrimas", setenta años después



Hay momentos en la Historia que se llega a un límite decisivo que marcará, para bien o para mal, los siglos venideros. Esto sucedió en mayo de 1940, Europa estaba en guerra y el nazismo avanzaba posiciones en el viejo continente. En la vieja Britannia, Sir Winston Churchill era llamado a liderar una Nación y defender los valores que representaba.

Hoy hace setenta años que prometió la victoria a toda costa y ofrecer “sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor”. Dios sabe que cumplió sus palabras.

Discurso en castellano e inglés.

Palabras para las horas difíciles

martes, 11 de mayo de 2010

David Cameron, Primer Ministro y Primer Lord del Tesoro



Una vez más se ha cumplido la tradición. Después de 3 años de gobierno, Gordon Brown ha comparecido junto a su esposa Sarah ante los medios de comunicación para anunciar que renunciaba como Primer Ministro. Acto seguido, ha recogido a los niños y se ha dirigido al Palacio de Buckingham para presentar formalmente a la Reina la dimisión.

Tras agradecerle los servicios prestados y mientras el ya depuesto Primer Ministro abandonaba el Palacio, el secretario de la Soberana llamaba a David Cameron para que se presentara ante la Reina con la finalidad de recibir el encargo de formar gobierno, convirtiéndose en el 12º Primer Ministro bajo el reinado de Isabel II.

Formalizado el nombramiento, David Cameron y su esposa se han dirigido al 10 de Downing Street para tomar posesión de su residencia oficial.

Justo sesenta años y un día después de que Winston Churchill se convirtiera en Primer Ministro.

Comunicado oficial del Palacio de Buckingham Palace:

"The Queen received the Right Honourable David Cameron this evening and requested him to form a new administration. The Right Honourable David Cameron recognised Her Majesty's offer and Kissed Hands upon his appointment as Prime Minister and First Lord of the Treasury."

viernes, 7 de mayo de 2010

Resultado de las elecciones británicas

http://www.fororeal.net/westminsterparliamentg.jpg

De las votaciones celebradas el jueves ha surgido, literalmente, un "Parlamento colgado". Esto significa que ninguna formación ha obtenido mayoría absoluta para formar gobierno, situación excepcional dado la preponderancia que da el sistema electoral al bipartidismo. El Partido Conservador ha sido el ganador pero queda lejos de los 325 escaños necesarios para decantar la balanza. El gran derrotado, además de Gordon Brown, ha sido el liberal-demócrata Nick Clegg, que a pesar de todas las expectativas y tras ser considerado el Obama blanco, ha retrocedido en número de diputados con respecto a 2005.

La victoria insuficiente de los tories puede alargar la formación de Gobierno hasta el 25 de mayo. Para los británicos es un plazo muy largo pues en casos de mayoría, el mismo día en que se conocen los resultados el Primer Ministro presenta la dimisión ante la Reina y acto seguido ésta llama al sucesor, mientras el depuesto apenas tiene tiempo de hacer la mudanza de Downing Street. En algunas ocasiones el Primer Ministro defenestrado ha tenido que buscar una casa de alquiler provisional para tener un techo donde resguardarse después de la derrota. Este breve plazo contrasta con el caso español en el que es habitual que transcurran dos meses hasta que se constituyan las Cortes y sea investido el Presidente del Gobierno.

Como decíamos, si Gordon Brown se atrinchera en el 10 de Downing Street, como parece desprenderse de las primeras declaraciones de sus colaboradores, con la esperanza de formar Gobierno, el 25 de mayo será decisivo por cuanto la Reina pronunciará el programa de Gobierno en el inicio de las sesiones parlamentarias y posteriormente deberá ser ratificado por la Cámara de los Comunes. En caso de no obtener la confianza de la Cámara, deberá presentar irremediablemente la renuncia y previsiblemente David Cameron será nombrado Primer Ministro con un Parlamento en minoría por lo que difícilmente podrá tirar adelante las medidas más importantes de su programa electoral y con toda probabilidad deberá convocar nuevas elecciones antes de un año.

Para más información recomiendo visitar el blog de Pedro Soriano que ha dedicado varias entradas a comentar el proceso electoral.

Así mismo, además de la cobertura que está ofreciendo la BBC minuto a minuto, en castellano se puede consultar el análisis de El Mundo.

También resulta muy interesante el artículo sobre el relevante papel de la Reina a la hora de encargar la formación de Gobierno. Isabel II, en sus 58 años de reinado, ha visto pasar a 11 Premiers desde Sir Winston Churchill a Gordon Brown.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Elecciones en el 10 de Downing Street

A pocos días del 70 aniversario de la llegara al poder de Winston Churchill, otro conservador puede ser el nuevo Primer Ministro si consigue formar una mayoría suficiente para gobernar después de las elecciones del 6 de mayo de 2010.

Desde las páginas de La Vanguardia podemos leer las noticias de las victorias, derrotas, acuerdos y defenestraciones que se han producido entre los inquilinos del 10 de Downing Street de los últimos 130 años.

Las primeras referencias que encontramos son de las repetidas alternancias entre Robert Arthur Talbot Gascoyne-Cecil, Lord Salisbury, y William Ewart Gladstone, quienes durante catorce años se intercambiaron el poder representando respectivamente a conservadores y liberales.

El sistema electoral británico facilita el bipartidismo, entre conservadores y laboristas los últimos ochenta y ocho años, si bien en determinadas ocasiones surge una tercera formación en disputa, los liberales, como en la actual campaña electoral en la que Nick Clegg ha adquirido un protagonismo especial. Esta relevancia se debe en buena medida al anquilosamiento de los dos partidos tradicionales, puesto de manifiesto con el escándalo de gastos excesivos de los diputados destapado recientemente, y la imagen de aire fresco que presenta el líder liberal. El último Primer Ministro por el Partido Liberal fue Lloyd George en 1916.

Cuando se pregunta cuál es el inquilino más relevante de Downing Street, probablemente la respuesta más habitual es Sir Winston Churchill, quien se convirtió en Primer Ministro en un momento dramático para la Nación, después de la dimisión de Neville Chamberlain iniciada la II Guerra Mundial. El Viejo León tenía 66 años cuando llegó “su mejor hora”. Aún resuenan en la Cámara de los Comunes sus primeras palabras como Premier el 13 de mayo de 1940, prometiendo “sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor”. Su liderazgo contribuyó a la unión de toda la Nación hasta la victoria contra el nazismo. El día de la victoria, una inmensa multitud de británicos se agolpaban alrededor del Palacio de Buckingham para aclamar como un héroe a Churchill y a los reyes Jorge VI e Isabel.

Sin embargo, el líder que había dirigido el país durante la Guerra, no obtuvo la confianza de los ciudadanos en las elecciones de 1945, celebradas dos meses después del V-Day, y fue derrotado por el laborista Atlee. Sin embargo, en los siguientes comicios, el pueblo británico volvería a conceder su confianza a Churchill para la más alta responsabilidad. Falleció a los 90 años de edad recibiendo el más emotivo homenaje que nunca antes se ha tributado a ningún político.

En 1979 llegaba una mujer por primera vez al 10 de Downing Street. Margaret Thatcher, al tomar posesión del cargo, citó a San Francisco de Asís “donde hay discordia, podemos traer armonía; donde hay un error, podemos traer verdad; donde hay duda, podemos traer fe y donde hay desesperación, podemos traer esperanza” y recordó sus orígenes humildes, “se lo debo todo a mi padre" (propietario de una tienda de últramarinos) "él me educó en todas las cosas en las que creo, que son los valores por los que he luchado en estos comicios. Y es apasionante para mí saber que son esas cosas que aprendí en un pueblo pequeño, en un hogar muy modesto, precisamente las que han ganado estas elecciones”. Su mandato significó una auténtica revolución conservadora, en plena sintonía con el presidente estadounidense Ronald Reagan. Algunos de los principales jalones de sus tres mandatos son la guerra de las Malvinas, el combate contra los sindicatos y el enfrentamiento con la Unión Europea. Después de una batalla interna por el liderazgo del Partido Conservador, Lady Thatcher presentó la dimisión como Premier y fue sustituida por el gris John Major. Contra todo pronóstico, éste ganó las siguientes elecciones pero no pudo hacer frente a otra revolución, esta vez de los laboristas, encabezados por uno de los primeros ministros más jóvenes de la historia. Tony Blair consiguió modernizar el Partido Laborista desprendiéndole de las viejas ideas socialistas, convirtiéndolo en la “tercera vía” que él bautizó. Blair demostró su liderazgo desde pocos meses después de su elección, con la muerte de la princesa Diana de Gales aplacando las críticas de la sociedad ante la inicial posición inflexible de la Familia Real en contraste con las emociones desbordadas de la ciudadanía.

El inicio del fin del que parecía todopoderoso Tony Blair llegó con la implicación del Reino Unido en la guerra de Irak y el descubrimiento posterior que no había dicho toda la verdad para justificar su participación. Presionado también por corrientes internas del Partido Laborista, cedió el poder a quien había sido su ministro de Economía y antaño amigo, Gordon Brown.

El actual Primer Ministro podría hacer la mudanza sin haber ganado ninguna elección en el caso que David Cameron consiga llevar a los conservadores al 10 de Downing Street después de trece años de gobiernos socialistas.

En esta página publico la relación completa de todos los Premier de los últimos 130 años con enlaces a las páginas de La Vanguardia que lo explicaban "en presente".

lunes, 26 de abril de 2010

Las dos Españas se enfrentan de nuevo

Con motivo del procesamiento del Tribunal Supremo contra el juez Garzón se han organizado varias manifestaciones a favor del juez instructor. En éstas se han congregado miles de personas con fotos de represaliados por el franquismo y banderas republicanas. Por otra parte, simpatizantes de Falange se han manifestado contra el citado juez. Las dos Españas se enfrentan de nuevo.

La mayoría de medios de comunicación han tomado partido a favor del juez Garzón creando un clima de opinión a favor suyo aún a riesgo de tergiversar la realidad ocultando información importante para tener una idea global de la realidad o directamente manipulándola.

Conviene saber que el Tribunal Supremo ha abierto tres causas penales consecutivas contra Garzón, la primera vez que esto sucede contra un mismo juez. Estas son:

1.- Prevaricación por investigar los crímenes franquistas sabiendo que no es competente.

2.- Prevaricación por inadmitir a trámite una querella contra Emilio Botín meses después de haber recibido una importante financiación del Banco Santander para unos cursos en Nueva York.

3.- Prevaricación por presuntas escuchas ilegales entre acusados del caso Gürtel y sus letrados.

En 1977 se aprobó una ley de amnistía para pasar página a los crímenes que se cometieron durante la guerra y la dictadura franquista. Jesús-María Silva Sánchez, catedrático de Derecho penal, publica un artículo en el que explica la plena vigencia de aquella ley.

Santiago González también escribe en su blog un interesante post sobre la valía de aquella reconciliación y la personifica en Fraga y Carrillo.

Recomiendo el interesante artículo de Joaquín Legina, "Enterrar a los muertos", uno de los pocos socialistas con la cabeza bien amueblada a quien no le caen prendas en escribir argumentas que tiran por los suelos la presunta superioridad moral de la izquierda. Entre las premisas que escribe Leguina y la consiguiente argumentación en contra, destacamos:

Mensaje nº 2: Los asesinados en la retaguardia republicana ya fueron "honrados" y sus victimarios perseguidos por el franquismo. Los únicos que ahora deben ser "honrados" -y sus asesinos juzgados- son los represaliados por el franquismo.

Lo que se consigue con un mensaje tan sectario es perpetuar la división. Precisamente todo lo contrario de lo que una persona bien nacida debiera desear. En efecto, lo que se debiera hacer es precisamente lo contrario, es decir, ampliar el mutuo perdón y hacer que todos los muertos -todos- sean también de todos. Que quienes cayeron bajo la represión en la retaguardia republicana no por cometer algún delito sino por ser (ser cura, ser militar, ser noble, ser rico, ser de derechas...) sean reivindicados por las gentes de la izquierda, y los asesinados por los franquistas sin haber cometido delito alguno, simplemente, ellos también, por ser (ser sindicalista, ser republicano, ser socialista, ser comunista...) deben ser reivindicados por las gentes de la derecha. ¿Con qué fin? Simplemente, para poder decir todos juntos: ¡Nunca más!

Mensaje nº 3: Todos los represaliados por el franquismo son héroes de la democracia y de la libertad.

Los ganadores de la guerra civil sostuvieron durante los años de la dictadura que "sus" muertos (1936-1939) en el frente o bajo la represión en los territorios fieles al Gobierno republicano eran "mártires de la Cruzada", afirmación que está tan lejos de la verdad como cerca de la propaganda.

Ahora, con parecido entusiasmo, se pretende que todos los enemigos del franquismo que fueron represaliados durante aquella interminable dictadura fueron "héroes de la Democracia".

Esta es, también, una afirmación sectaria, y por eso debe ser negada. Lo haré a continuación, a sabiendas del riesgo que corro con ello.

Vivir durante la guerra en la retaguardia republicana -nadie que se haya ocupado de ese asunto lo negará- representó para mucha gente un auténtico infierno de persecución y de muerte. Bastaría la lectura de la gran novela de Juan Iturralde, Días de llamas, para ilustrarlo. Y esa novela me lleva a un personaje -ligado a la UGT y al PSOE- que resultó ser un individuo siniestro: Agapito García Atadell, quien se hizo famoso en Madrid al inicio de la guerra civil como jefe de una de las Brigadas del Amanecer que operaban en la capital (también los de la FAI fueron maestros en "represión revolucionaria" y montaron, por ejemplo, una checa en el Cine Europa de la calle Bravo Murillo desde donde salían a dar paseos nocturnos y a llenar de cadáveres la Dehesa de la Villa). Estas pandillas -muy contentas de exhibirse armadas por la retaguardia y de no pisar el frente- aparecían de madrugada en los domicilios de la gente "de derechas" para dar el paseo a sus moradores y, de paso, "requisar" en su propio beneficio los bienes que encontraban en los registros de aquella casas.

En resumen, las querellas contra Garzón no se deben a causas políticas sino por presuntas iregularidades del juez en el ejercicio de sus funciones.

Los partidarios de la memoria histórica, o mejor dicho, una parte de la memoria, aprovechan las circunstancias para agitar a la sociedad española tal vez para intentar ganar una guerra que perdieron hace 70 años.

lunes, 12 de abril de 2010

Creer en el país



La semana pasada el Primer Ministro británico Gordon Brown, solicitó a la Reina la disolución del Parlamento y la convocatoria de elecciones que se celebrarán el 6 de mayo.

La contienda electoral en la venerable Inglaterra es una buena oportunidad para observar, con aciertos y defectos, el funcionamiento de una auténtica democracia con debate de ideas y confrontación de programas que aspiran a gobernar la Nación.

El lector habitual de este blog conoce, y no queremos disimularlo, que desde este blog apoyamos al líder conservador, David Cameron.

Recientemente he leído un artículo publicado en The Daily Telegraph en el que con el título “My credo for my country” David Cameron reflexiona sobre los valores en los que quiere y el futuro que quiere para su país.

En respuesta a las críticas por sus orígenes acomodados y educación privilegiadas (estudió en Eton), el líder tory se confiesa "orgulloso" de sus raíces y señala cómo su padre y su madre le inculcaron optimismo y que "la vida era algo más que hacer dinero".

Aunque no creció en un ambiente político, un viaje a la antigua Unión Soviética en 1985 le hizo "cuestionar el mundo" que le rodeaba y desarrollar una serie de valores que aún conserva, como que "el Estado es tu sirviente y no tu dueño".

En caso de gobernar, sugiere, además de reducir el tamaño y competencias del Estado se centraría en arreglar, con recortes en el gasto público, "la devastación" creada por la política económica del Gobierno laborista y no tendría reparos en emular a su antecesora Margaret Thatcher para "enfrentarse" a los sindicatos.

Algunos de los párrafos más destacados:

“A raíz de mi elección me di cuenta que el partido tenía que cambiar su lenguaje, su manera de acercarse a la gente, comenzar con una hoja en blanco y tratar de investigar por qué no podía ampliar la base de su electorado (…) Sabía que, o conectábamos con el mundo moderno, o no tendríamos la oportunidad de sincronizar nuestros valores y creencias con los retos del momento (…). Nueve años después hemos convertido esa visión en realidad”.

“Los últimos cuatro años han sido para mí la entrevista de trabajo más larga del mundo. Si les pido su voto para dirigir este país, cómo no voy a mostrarme ante ustedes tal como soy en la era de Youtube o Twitter. A algunos puede que no les guste esta forma de verlo, pero lo personal es igualmente político. Mis experiencias han determinado no sólo mi vida sino mis ideas y mis ideales”.

“El legado de amor de mi familia se ha convertido en mi guía espiritual. Nada puede batir la fortaleza de esa familia que te apoya cuando las cosas van bien y te sostienen cuando van mal (…) De mi padre aprendí el valor del optimismo, no hay nada que no se pueda superar; de mi madre, el desprendimiento: la vida es algo más que hacer dinero”.

“No es mi futuro el que está en juego; es el futuro de este país. El resultado de estas elecciones determinará como usted y sus hijos viven y trabajan en los años venideros (…) Tenemos las políticas adecuadas y la ambición suficiente como para despertar el país y hacer que coja inercia para años”.

“El estado es un medio, no un fin en sí mismo. Debe proteger al pueblo pero sin menoscabar la libertad individual. Su burocracia ha de ser reducida al mínimo y el poder devuelto a la gente. Debe crear valor, ilusión y fomentar la iniciativa privada mediante bajos impuestos. Olvidarse de los planes grandilocuentes. No se puede delegar en él la protección social, sino que ha de ser ejercida por cada uno, en sus familias y comunidades (…) Fomentaremos el gobierno comunitario, al margen de la administración, para construir esa sociedad participativa en la que los ciudadanos resuelven sus propios problemas”.

“El liderazgo requiere de un carácter firme. Aprendí de Margaret Thatcher que, si actúas apoyado por la fuerza de tus propias convicciones, no hay interés creado que se resista. Puedes hacer el cambio posible y aumentar las oportunidades para todos. No dudaré en enfrentarme a esos barones sindicales que amenazan con otra primavera de descontento; en oponerme a esa parte de la estructura educativa que rechaza nuestras reformas; en demandar más responsabilidad corporativa a nuestras empresas (…). Desarrollaremos reformas estructurales, de forma efectiva y paciente, de forma consensuada y en las que prime el interés colectivo sobre el partidista”.

viernes, 26 de marzo de 2010

Centenario de la Gran Vía de Madrid



Con motivo del 100 aniversario del inicio de las obras de la Gran Vía de Madrid, el 4 de abril, diversos medios dedican reportajes a explicar la historia de esta importante avenida que modernizó la Villa y Corte.

En El Mundo se puede discurrir la historia de la Gran Vía a través de fotografías que van de ayer a hoy así como testimonios que viven su día a día en esta calle.

Por su parte, en El País se puede contemplar un mapa interactivo seleccionando cada uno de los puntos emblemáticos de la Gran Vía.

Las páginas Monumentos Conmemorativos y Memoria de Madrid publicarán, a partir de abril, secciones especiales sobre la efeméride.

Los periódicos de hoy nos explican la evolución de los últimos cien años con avanzados sistemas interactivos. Pero, ¿cómo contaron el inicio de las obras cuando era el tiempo presente?

Gracias a las hemerotecas podemos contemplar como se vivió en la época lo que significó una auténtica revolución.

ABC recopila una serie de portadas protagonizadas por la Gran Vía,desde la subasta de las obras en 1908, fotos de los edificios ayer y hoy y las joyas arquitectónicas de la calle.

Desde Barcelona también se presta especial atención al acontecimiento. Esta es la crónica que publicó el corresponsal de La Vanguardia:

Madrid está de enhorabuena. Los gallardetes que flameaban al viento en la calle de Alcalá, son una manifestación externa del júbilo que embarga al vecindario al ver como va pasando a trocarse en realidad una aspiración unánime de mejoramiento urbano.

La piqueta, con la cual se simbolizaba la destrucción, ha venido a ser en este caso, puesta en regias manos, signo de vida, que al derribar lo arcaico creará soberbias concepciones, amplias vías, magníficas viviendas, cual corresponde á la capital de una nación europea.

Quédese para los poetas y cronistas de la ciudad el cantar los recuerdos, las historias, las virtudes y los vicios que cabe los viejos muros llamados á desaparecer encuentre su erudición ó forje su fantasía. Los hombres del día, los que nos resistimos á dar por buena la atávica teoría de que «cualquier tiempo pasado fue mejor», debemos entonar un himno al progreso y al trabajo, fuente y ley de vida de los pueblos.

¡La Gran vía!

Estas dos palabras, enunciado de una obra que al fin llega á ser tangible, son las que más hondamente han preocupado a la generación de los madrileños desde hace un cuarto de siglo.

En ellas pensaba constantemente, y a ellas se refería en sus conversaciones y proyectos. Cuando se haga la Gran vía...

La actual generación ha presenciado la solemnidad inaugural, a la que los Reyes con su presencia han querido contribuir a dar mayor realce, y el acto fue premiado con calurosos aplausos.

Queremos creer que aun no siendo muy larga nuestra vida, veremos terminada la obra que hoy empieza, porque afortunadamente no se hace por administración, sino por contrata, y el interés del concesionario está en darle cima cuanto antes.

Muchos obreros, hoy forzosamente parados, encontrarán ocupación, y algunas familias medios para atender á su subsistencia. Aunque no diera otro resultado positivo la tarea comenzada, habría que bendecirla, pensando en las lágrimas y miserias que podrá atenuar, ya que no servir de completo lenitivo.

Pronto ese Madrid raquítico, estrecho y sucio, enclavado en el centro de la urbe, dejará el paso franco al confort y a la higiene. Hasta en actos de la grandiosidad del hoy verificado, viene desgraciadamente a mezclarse la política con sus pequeñeces y repugnantes apasionamientos.

Varios de nuestros ediles republicanos, queriendo probablemente dar muestra de antimonarquismo, han incurrido en una de esas faltas de cortesía y corrección que son verdaderamente indisculpables.

Mientras una inmensa muchedumbre, descubierta, presenciaba la ceremonia, en pie las señoras de la familia real, unos cuantos individuos, ocupantes de las primeras filas de una de las tribunas, permanecieron luciendo sobre sus cabezas los sombreros con que las cubrían.

¡Respetables son las ideas, pero no menos respeto merece la educación, y así como censuraríamos, sin clemencia, a cualquier monárquico que ante la señora de un jefe de Estado republicano permaneciese con el chambergo calado, así también lamentamos este deplorable espectáculo, dado por unos cuantos desaprensivos e indiferentes a la hidalguía española por un mal entendido sectarismo.

Cualquier hombre que no sea un grosero o mal educado, ante una mujer, ya pertenezca a la más humilde o más alta clase social, está obligado a mostrarse cortés, y quienes ocupan cargos o representaciones deben ser los primeros en dar el ejemplo, porque, perteneciendo a los llamados elementos directores, la más elemental de sus deberes es la difusión de la cultura.

En el alegre cuadro de un vecindario clamoroso de entusiasmo no puede tener importancia ese acto de una insignificante minoría, puesto que no llegó a turbar la alegría natural, pero de todos modos hay que recoger el hecho para protestar de él como caballeros y ciudadanos.

Los discursos del alcalde y del jefe del gobierno, aunque sellados con carácter oficial, fueron acogidos con aplausos, porque representaban el esfuerzo realizado por cuantos les precedieron, para llegar a tan hermoso final.

Apenas el monarca, cumplidas ciertas formalidades preliminares, dio con la piqueta de plata en la casa señalada al efecto, una nube de obreros, coronando las alturas de los próximos edificios, comenzó el ansiado derribo.

Cada golpe de azada, resonando en el hierro, la piedra o madera, traía ecos de nueva vida y resurgimiento nacional de prosperidad.

La multitud reunida en aquellos alrededores, parecía regocijarse recibiendo el polvo, porque veía iba a realizarse un sueño de hadas que empieza a cumplirse.

La villa del oso y del madroño del tiempo de los chisperos y manolas, con sus estrechas callejuelas, va a desaparecer para dejar paso a una urbe nueva. Su demolición no causa espanto, porque el carácter de aquellos hombres no ha quedado encerrado en los estrechos límites de una, época, sino que va transmitiéndose de generación en generación.

A los acordes del himno «Dos de Mayo», con que ha sido amenizado el espectáculo, ha sido cumplida la primera parte de las aspiraciones del pueblo de Madrid.

lunes, 15 de marzo de 2010

Juan March y la restauración de la Monarquía de Don Juan

La Vanguardia publica hoy una interesante noticia sobre la investigación que ha descubierto los planes del financiero Juan March consiprando a favor de la restauración de la Monarquía de Don Juan y su intervención durante la II Guerra Mundial para evitar la colaboración de Franco con los nazis.

Según el historiador Pere Ferrer, autor de una exhaustiva biografía de Juan March (El hombre más misterioso del mundo), el documento demuestra que los nazis no se fiaban del financiero. En aquel momento, March había conseguido, mediante sobornos, el apoyo de unos treinta generales para neutralizar un posible intento de Franco de entrar en la guerra junto a Hitler y Mussolini. En su libro, Ferrer explica que el 24 de julio de 1942, casi un mes después de la reunión de Vilanova i la Geltrú, un agente americano, Lean, informaba desde Madrid que "Juan March había sido interceptado cuando la conjura de los generales contra Franco se acercaba al clímax. March había sido detenido durante unas horas en los calabozos de la Dirección General de Seguridad porque los servicios secretos de Franco tenían algún indicio de que March azuzaba a los militares monárquicos para que conspirasen contra él. Cuando recuperó la libertad, abandonó el país".

Los espías nazis sabían que March conspiraba con los británicos a favor de la restauración monárquica en el marco de una estrategia para apartar a Franco del poder y asegurar que no se aliaría con Hitler.

Traducción del informe del espía Schellenberg sobre March

domingo, 7 de marzo de 2010

Conservadores británicos

Está previsto que en breve la Reina convoquen elecciones al Parlamento británico que se celebrarían el 6 de mayo.

Hasta ahora David Cameron, líder del Partido Conservador, mantenía una considerable ventaja en las encuestas. Sin embargo en los últimos días se ha reducido hasta los dos puntos y no se descarta que el actual primer ministro revalide su mandato en lo que sería la cuarta legislatura del Partido Laborista desde que Tony Blair formó su primer Gobierno.

Explican esta cambio de tendencia los siguientes artículos.

Francisco G. Basterra escribe en El País que a Cameron, “no le va a servir el vote por nosotros porque no somos el Partido Laborista. Brown es un mal candidato, un primer ministro no pasado por las urnas, producto del dedazo de su antecesor. El país está cansado del laborismo/blairismo. Pero los británicos todavía desconocen adónde quiere llevarles Cameron. Dudan sobre si su conservadurismo compasivo es sólo un truco de marketing.”

Por su parte, José María Marco firma en Libertad Digital un artículo en marcada clave española en el que critica que Cameron ha evitado transmitir los valores conservadores y ha confundido al electorado que no sabe bien que representa:.” La voluntad de borrar los rastros del... delito lleva al punto de borrar la propia posición como conservador.”

miércoles, 24 de febrero de 2010

La otra memoria histórica

Imagino que los dos artículos que comentaremos hoy serán de gran interés para los defensores de la memoria histórica.

El primero se refiere a las circunstancias del asesinato de Calvo Sotelo y la participación de la masonería y personas cercanas a Indalecio Prieto.

El segundo artículo titulado “A favor de la memoria histórica”, lo firma Félix de Azúa. Comenta un libro en el que se habla de la participación de la izquierda, silenciada, como protagonista de los peores crímenes de la humanidad.

Algunos párrafos destacados:

"A comienzos de siglo, tras la primera guerra mundial y la revolución rusa, la parte mayor y mejor de esa intelectualidad europea apoyó lo que se solían llamar "posiciones de izquierda". Y entonces lo eran. El drama es que a medida que el siglo avanzaba, las "posiciones de izquierda" iban dejando de ser de izquierda y se convertían en mero usufructo de intereses de partido, cuando no económicos y de privilegio. La derecha nunca ha tenido necesidad de justificar sus infamias, no trabaja sobre ideas sino sobre prácticas, pero se suponía que la izquierda era lo opuesto. En la nueva centuria ya no hay diferencia."

"Ya es un tópico irritante ese quejido sobre el galimatías de la izquierda, su falta de ideas, su desconcierto. ¿Cómo no va a estar desnortada, o aún mejor, pasmada, si todavía es incapaz de admitir honestamente su propia historia? ¿Si sólo entiende la memoria histórica en forma de publicidad comercial sobre la grandeza moral de sus actuales jefes? Aún hay gente que dice amar la dictadura cubana "por progresismo" y el actual presidente del gobierno (uno de los más frívolos que ha ocupado el cargo) se ufana de ello. ¿Saben acaso el daño que producen en quienes todavía ponen ilusión, quizás equivocada, pero idealista, en la palabra "izquierda"? ¿Y cómo puede un partido que alardea de progresista pactar hasta fundirse con castas tan obviamente reaccionarias como las que defienden el soberanismo de los ricos? Dentro de un lustro no quedará nadie por debajo de los sesenta años que se crea una sola palabra de un socialismo fundado sobre tamaña deshonestidad.

No es que la izquierda ande desnortada o carente de ideas, es que no existe. Su lugar, el hueco dejado por el difunto, ha sido ocupado por una empresa que compró el logo a bajo precio y ahora vende que para ser de izquierdas basta con decir pestes del PP. ¡Notable abnegación la de estos héroes del progreso! ¡Cómo arriesgan su patrimonio! ¡Qué ejemplo para los jóvenes aplastados por la partitocracia farisaica! El resultado, como se vio en Francia, es el descrédito de los barones, marqueses y princesas del socialismo. Su inevitable expulsión del poder. Y la destructiva ausencia de ideas en un país que ya soporta el analfabetismo funcional mayor de Europa. Una herencia que enlaza con la eterna tradición española de sumisión al poder llevada con gesto chulo por los sirvientes. Esta vez bajo el disfraz del progreso.

Y mira que sería sencillo que la izquierda recuperara su capacidad para armar las conciencias, inspirar entusiasmo y ofrecer esperanza en una vida más digna que su actual caricatura. Bastaría con decir la verdad y enfrentarse a las consecuencias. ¡Ah, pero son relativistas culturales! Y por lo tanto para ellos la verdad es un efecto mediático."

domingo, 14 de febrero de 2010

¿Quien votará a ZP?

Muchas veces, con mayor insistencia en los últimos tiempos, me he preguntado ¿qué puede inducir a alguien, en los recovecos más íntimos de su intelecto, a votar al PSOE?

Puedo entender que alguien, llevado por la idea de pertenecer a la clase obrera o por razones familiares, voten a los socialistas. Pero después de experimentar en sus propios bolsillos el desastre de sus políticas, ¿por qué siguen con la venda en los ojos?.

Pablo Molina, en un interesante artículo titulado “Fauna ibérica: los votantes de ZP” trata desde un punto de vista antropomórfico expone el perfil de simpatizantes de ZP, que en esta primera entrega (esperemos que haya más) se resumen en:

- El profesor universitario: “Tiene el sueldo asegurado y, aunque odie meticulosamente a Zapatero por tibio, la victoria de un partido de izquierda moderada como el PP le obligaría a participar de nuevo en algaradas callejeras, manifestaciones y huelgas en contra de la derechona, con lo bien que se está en la playa o en el chalé construido en zona protegida.”

- El parado de izquierdas y larga duración: “A éste no le cambian el voto ni aunque le ofrezcan un trabajo fijo, o, mejor dicho, especialmente si le ofrecen un puesto así.”

- El joven ni-ni-ni: “El ser vivo ni-ni-ni (ni trabajo, ni estudios ni putas ganas de na) vive aterrorizado ante la posibilidad de que un día escampe la crisis y algún desaprensivo le ofrezca hacer algo de provecho en la vida.”

sábado, 13 de febrero de 2010

El Rey reina

Ayer se reunieron en La Zarzuela los líderes de los dos principales sindicatos como parte de una ronda de contactos que ha promovido el Rey con los principales sectores de la economía española para encontrar una salida a la crisis que está causando graves consecuencias en España. Así lo señala la nota de prensa publicada en la web de la Casa Real.

El Gobierno ha dejado entrever su malestar porque el Rey haya tomado la iniciativa ante esta cuestión y se ponga de manifiesto la total incompetencia del Gobierno para llegar a acuerdos de Estado que permitan poner en práctica políticas para revitalizar la economía española. También desde la oposición se ha expresado cierta contrariedad por la actitud del monarca insistiendo en que es hora de “amplios acuerdos”.

Dándole la vuelta al clásico aforismo, “el Rey no gobierna, pero reina” y Don Juan Carlos sencillamente cumple con la misión que le ha encomendado la Constitución. Concretamente, en el artículo 56 se dice, que como Jefe del Estado, el Rey “arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones”. Dadas las graves circunstancias a las que hemos llegado, cabe estar de enhorabuena porque el Rey ha dado un paso al frente y ha salido de su habitual discreción para mostrar que está al mando de la sala de máquinas y, como señala Fernando Ónega en un artículo de La Vanguardia, “vuelve el motor del cambio”, como hiciera en la Transición facilitando que personas antagónicas llegaran a acuerdos para consolidar la democracia.

También recomiendo leer el artículo que ha escrito Marc Carrillo, profesor de Derecho Constitucional, comentando las funciones del Rey. Señala que el rey “ha de disponer del derecho a ser oído y, sobre todo, del derecho a ser informado”.

Por otra parte, José Antonio Zarzalejos, en un artículo titulado “Patriótica dimisión” recuerda la decisión de Adolfo Suárez de dejar el poder en 1981, en un estado de parálisis económica, porque no se consideraba capacitado para mejorar la situación. Por otros motivos muy diferentes pero también para dejar paso a otras personas con nuevas ideas, José María Aznar fijó su mandato en dos legislaturas improrrogables.

En los momentos difíciles es cuando se conoce la talla de los líderes. José Luis Rodríguez Zapatero ha demostrado ser incapaz de afrontar la actual crisis económica y no dispone de ideas para superarla. Es hora de que renuncie, por patriotismo, y deje lugar a otras personas mejor preparadas. Si no lo hace voluntariamente, su partido debería tomar decisiones drásticas como plantear una moción de censura en el Congreso. Únicamente son necesarios los votos de 35 diputados ¿podemos encontrar a 35 socialistas honestos en el Congreso? y con el voto favorable del Partido Popular sustituir al actual Gobierno por un equipo de tecnócratas elegidos por ambos partidos. Una vez superada la crisis, ya volverán los intereses electorales de cada grupo. Ahora ha llegado el momento de salvar España antes de que sea demasiado tarde.

jueves, 4 de febrero de 2010

La España insostenible

Esta semana han generado polémica las declaraciones del Presidente Aznar criticando duramente la política del actual presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

Ya en otras ocasiones se le tildó de antipatriota cuando alertaba, meses antes de que se iniciara la recesión, que España estaba abocada a una grave crisis si no se tomaban medidas preventivas.



Las palabras de Aznar no nacen del rencor; están, cargadas de amargura, la de quien es consciente de que «España ha vuelto dramáticamente a la segunda división». Suponen ante todo un baño de realidad que se abre paso entre los cantos de sirena de un Gobierno al que la situación se le ha escapado de las manos y el aparente sesteo oficial de una oposición que parece guardar sus fuerzas para acelerar hacia la meta sólo en el sprint final de la legislatura. (Editorial de El Mundo, 2 febrero 2010)


Decir que "nunca nadie hizo tanto daño en tan poco tiempo" no es ser antipatriota, derrotista, sectario o el epíteto que se le quiera colgar. Es tener visión de la realidad y haber contrastado los datos objetivos.

La portada de El Mundo del día 3 es incontestable: "La España insostenible. El paro registrado supera por primera vez los 4 millones / Las personas con algún subsidio de paro superan por primera vez los 3 millones / Sólo en enero la afiliación a la Seguridad Social cayó en 257.828 personas / Ya sólo hay 17,5 millones de cotizantes, los mismos de hace 5 años".

Quiero imaginar que los socialistas de buena fe, los que honestamente mantienen valores de izquierdas, no volverán a votar al actual PSOE. Aunque sólo sea por cómo les afecta a sus propios bolsillos la política errática de Zapatero y su incompetencia para aplicar soluciones. Me refiero a los jubilados que han visto disminuidas sus pensiones por la presión fiscal, a los parados que no encuentran trabajo, a los empresarios que deben cerrar sus negocios porque no disponen de crédito, a todas las familias que tienen serios apuros para llegar a final de mes.

El presidente de Castilla-La Mancha, el socialista José María Barreda ha sido el único de entre las filas socialistas que se ha atrevido en decir en voz alta que es necesario un cambio de Gobierno. Rápidamente el aparato del partido, encabezado por la Hipatia de Benidorm, se ha posicionado en contra de Barreda para respaldar al gran líder.

Qué contraste con la independencia que gozan los políticos de otros países pues dependen de los electores y no de los partidos.

Por el bien del propio PSOE conviene que retiren a Zapatero y ofrezcan un candidato alternativo, incluso presentando una moción de censura en el Congreso. Es necesario que sea presentada por, al menos la décima parte de los diputados. ¿Quedan 35 socialistas honestos y responsables en el Congreso?

Desayuno Nacional de Oración

Cuando en España sea la hora del Angelus dará inicio en Washington el “National Prayer Breakfast”, organizado por la organización cristiana “The Fellowship”. El acto se organiza desde 1953 y desde entonces han asistido todos los presidentes de Estados Unidos y numerosos miembros de la Cámara de Representantes y del Senado. Su finalidad es ser un foro de debate sobre política, sociedad y economía desde una perspectiva cristiana.

Sorprendentemente este año el invitado especial es el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero. Extraña su presencia por su reconocido ateísmo si bien por los hechos se puede interpretar que sus convicciones quedan sustituidas por la atracción del oropel que significa participar en ese prestigioso acontecimiento.

Como señala La Vanguardia, Zapatero rezará junto a Obama el día en que todo se le pone en contra. Que Dios, en su inmensa misericordia, le escuche por el bien de todos los españoles. En palabras de Madre Teresa de Calcuta, invitada al acto en 1994, «La primera pobreza de los pueblos es no conocer a Cristo».

Artículo de Jorge Trías explicando el significado del National Prayer Breakfast