lunes, 12 de abril de 2010

Creer en el país



La semana pasada el Primer Ministro británico Gordon Brown, solicitó a la Reina la disolución del Parlamento y la convocatoria de elecciones que se celebrarán el 6 de mayo.

La contienda electoral en la venerable Inglaterra es una buena oportunidad para observar, con aciertos y defectos, el funcionamiento de una auténtica democracia con debate de ideas y confrontación de programas que aspiran a gobernar la Nación.

El lector habitual de este blog conoce, y no queremos disimularlo, que desde este blog apoyamos al líder conservador, David Cameron.

Recientemente he leído un artículo publicado en The Daily Telegraph en el que con el título “My credo for my country” David Cameron reflexiona sobre los valores en los que quiere y el futuro que quiere para su país.

En respuesta a las críticas por sus orígenes acomodados y educación privilegiadas (estudió en Eton), el líder tory se confiesa "orgulloso" de sus raíces y señala cómo su padre y su madre le inculcaron optimismo y que "la vida era algo más que hacer dinero".

Aunque no creció en un ambiente político, un viaje a la antigua Unión Soviética en 1985 le hizo "cuestionar el mundo" que le rodeaba y desarrollar una serie de valores que aún conserva, como que "el Estado es tu sirviente y no tu dueño".

En caso de gobernar, sugiere, además de reducir el tamaño y competencias del Estado se centraría en arreglar, con recortes en el gasto público, "la devastación" creada por la política económica del Gobierno laborista y no tendría reparos en emular a su antecesora Margaret Thatcher para "enfrentarse" a los sindicatos.

Algunos de los párrafos más destacados:

“A raíz de mi elección me di cuenta que el partido tenía que cambiar su lenguaje, su manera de acercarse a la gente, comenzar con una hoja en blanco y tratar de investigar por qué no podía ampliar la base de su electorado (…) Sabía que, o conectábamos con el mundo moderno, o no tendríamos la oportunidad de sincronizar nuestros valores y creencias con los retos del momento (…). Nueve años después hemos convertido esa visión en realidad”.

“Los últimos cuatro años han sido para mí la entrevista de trabajo más larga del mundo. Si les pido su voto para dirigir este país, cómo no voy a mostrarme ante ustedes tal como soy en la era de Youtube o Twitter. A algunos puede que no les guste esta forma de verlo, pero lo personal es igualmente político. Mis experiencias han determinado no sólo mi vida sino mis ideas y mis ideales”.

“El legado de amor de mi familia se ha convertido en mi guía espiritual. Nada puede batir la fortaleza de esa familia que te apoya cuando las cosas van bien y te sostienen cuando van mal (…) De mi padre aprendí el valor del optimismo, no hay nada que no se pueda superar; de mi madre, el desprendimiento: la vida es algo más que hacer dinero”.

“No es mi futuro el que está en juego; es el futuro de este país. El resultado de estas elecciones determinará como usted y sus hijos viven y trabajan en los años venideros (…) Tenemos las políticas adecuadas y la ambición suficiente como para despertar el país y hacer que coja inercia para años”.

“El estado es un medio, no un fin en sí mismo. Debe proteger al pueblo pero sin menoscabar la libertad individual. Su burocracia ha de ser reducida al mínimo y el poder devuelto a la gente. Debe crear valor, ilusión y fomentar la iniciativa privada mediante bajos impuestos. Olvidarse de los planes grandilocuentes. No se puede delegar en él la protección social, sino que ha de ser ejercida por cada uno, en sus familias y comunidades (…) Fomentaremos el gobierno comunitario, al margen de la administración, para construir esa sociedad participativa en la que los ciudadanos resuelven sus propios problemas”.

“El liderazgo requiere de un carácter firme. Aprendí de Margaret Thatcher que, si actúas apoyado por la fuerza de tus propias convicciones, no hay interés creado que se resista. Puedes hacer el cambio posible y aumentar las oportunidades para todos. No dudaré en enfrentarme a esos barones sindicales que amenazan con otra primavera de descontento; en oponerme a esa parte de la estructura educativa que rechaza nuestras reformas; en demandar más responsabilidad corporativa a nuestras empresas (…). Desarrollaremos reformas estructurales, de forma efectiva y paciente, de forma consensuada y en las que prime el interés colectivo sobre el partidista”.

No hay comentarios: