miércoles, 5 de mayo de 2010

Elecciones en el 10 de Downing Street

A pocos días del 70 aniversario de la llegara al poder de Winston Churchill, otro conservador puede ser el nuevo Primer Ministro si consigue formar una mayoría suficiente para gobernar después de las elecciones del 6 de mayo de 2010.

Desde las páginas de La Vanguardia podemos leer las noticias de las victorias, derrotas, acuerdos y defenestraciones que se han producido entre los inquilinos del 10 de Downing Street de los últimos 130 años.

Las primeras referencias que encontramos son de las repetidas alternancias entre Robert Arthur Talbot Gascoyne-Cecil, Lord Salisbury, y William Ewart Gladstone, quienes durante catorce años se intercambiaron el poder representando respectivamente a conservadores y liberales.

El sistema electoral británico facilita el bipartidismo, entre conservadores y laboristas los últimos ochenta y ocho años, si bien en determinadas ocasiones surge una tercera formación en disputa, los liberales, como en la actual campaña electoral en la que Nick Clegg ha adquirido un protagonismo especial. Esta relevancia se debe en buena medida al anquilosamiento de los dos partidos tradicionales, puesto de manifiesto con el escándalo de gastos excesivos de los diputados destapado recientemente, y la imagen de aire fresco que presenta el líder liberal. El último Primer Ministro por el Partido Liberal fue Lloyd George en 1916.

Cuando se pregunta cuál es el inquilino más relevante de Downing Street, probablemente la respuesta más habitual es Sir Winston Churchill, quien se convirtió en Primer Ministro en un momento dramático para la Nación, después de la dimisión de Neville Chamberlain iniciada la II Guerra Mundial. El Viejo León tenía 66 años cuando llegó “su mejor hora”. Aún resuenan en la Cámara de los Comunes sus primeras palabras como Premier el 13 de mayo de 1940, prometiendo “sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor”. Su liderazgo contribuyó a la unión de toda la Nación hasta la victoria contra el nazismo. El día de la victoria, una inmensa multitud de británicos se agolpaban alrededor del Palacio de Buckingham para aclamar como un héroe a Churchill y a los reyes Jorge VI e Isabel.

Sin embargo, el líder que había dirigido el país durante la Guerra, no obtuvo la confianza de los ciudadanos en las elecciones de 1945, celebradas dos meses después del V-Day, y fue derrotado por el laborista Atlee. Sin embargo, en los siguientes comicios, el pueblo británico volvería a conceder su confianza a Churchill para la más alta responsabilidad. Falleció a los 90 años de edad recibiendo el más emotivo homenaje que nunca antes se ha tributado a ningún político.

En 1979 llegaba una mujer por primera vez al 10 de Downing Street. Margaret Thatcher, al tomar posesión del cargo, citó a San Francisco de Asís “donde hay discordia, podemos traer armonía; donde hay un error, podemos traer verdad; donde hay duda, podemos traer fe y donde hay desesperación, podemos traer esperanza” y recordó sus orígenes humildes, “se lo debo todo a mi padre" (propietario de una tienda de últramarinos) "él me educó en todas las cosas en las que creo, que son los valores por los que he luchado en estos comicios. Y es apasionante para mí saber que son esas cosas que aprendí en un pueblo pequeño, en un hogar muy modesto, precisamente las que han ganado estas elecciones”. Su mandato significó una auténtica revolución conservadora, en plena sintonía con el presidente estadounidense Ronald Reagan. Algunos de los principales jalones de sus tres mandatos son la guerra de las Malvinas, el combate contra los sindicatos y el enfrentamiento con la Unión Europea. Después de una batalla interna por el liderazgo del Partido Conservador, Lady Thatcher presentó la dimisión como Premier y fue sustituida por el gris John Major. Contra todo pronóstico, éste ganó las siguientes elecciones pero no pudo hacer frente a otra revolución, esta vez de los laboristas, encabezados por uno de los primeros ministros más jóvenes de la historia. Tony Blair consiguió modernizar el Partido Laborista desprendiéndole de las viejas ideas socialistas, convirtiéndolo en la “tercera vía” que él bautizó. Blair demostró su liderazgo desde pocos meses después de su elección, con la muerte de la princesa Diana de Gales aplacando las críticas de la sociedad ante la inicial posición inflexible de la Familia Real en contraste con las emociones desbordadas de la ciudadanía.

El inicio del fin del que parecía todopoderoso Tony Blair llegó con la implicación del Reino Unido en la guerra de Irak y el descubrimiento posterior que no había dicho toda la verdad para justificar su participación. Presionado también por corrientes internas del Partido Laborista, cedió el poder a quien había sido su ministro de Economía y antaño amigo, Gordon Brown.

El actual Primer Ministro podría hacer la mudanza sin haber ganado ninguna elección en el caso que David Cameron consiga llevar a los conservadores al 10 de Downing Street después de trece años de gobiernos socialistas.

En esta página publico la relación completa de todos los Premier de los últimos 130 años con enlaces a las páginas de La Vanguardia que lo explicaban "en presente".

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