domingo, 29 de noviembre de 2009

"La política, al servicio del bien común" (y III)



He dejado para el final el momento más especial del XI Congreso de Católicos y Vida Pública.

El viernes se celebró la “Noche Joven”, sesión dirigida especialmente a los jóvenes católicos. Intervinieron en una mesa redonda el doctor Jesús Poveda, la madre (no se me ocurre otro título mejor) Carlota Ruiz de Dulanto y el escritor Miguel Aranguren. Dirigió la sesión Gonzalo Altozano, director del Semanario Alba.

El doctor Poveda es un reconocido militante próvida, lo que le ha valido algunos palos y detenciones. Explicó con su estilo humorístico que le caracteriza, algunas de las aventuras que ha vivido a lo largo de sus actividades a favor de las madres embarazadas con dificultades. En su consulta destacan las numerosas fotografías de mujeres con su hijo de los que Poveda no es su padre pero que viven gracias a la ayuda que él prestó a las madres desesperadas que consiguió convencer delante de las clínicas para que no llegaran a abortar, dándoles una salida. Por ejemplo, aquella mujer a la que él y sus compañeros próvida interpelaron, sin éxito, cuando se dirigía a un abortorio. Sin embargo, a los pocos minutos salió y le preguntaron por su repentino cambio. La respuesta de la mujer fue muy sencilla: “porqué vi la cara de los que estaban dentro y la de los que estáis fuera”.

En esta entrevista de Alba se explica brevemente la actividad de Jesús Poveda.

En la mesa redonda también había una mujer menuda, joven, en silla de ruedas, que sólo empezar a hablar dio buena muestra de su vitalidad y confianza en Dios.

Se quedó minusválida al caerle un árbol encima mientras participaba como monitora en un campamento, a los 25 años. Explica en el vídeo que encabeza este post, que era una chica muy movida y le encantaba bailar. Sin embargo el accidente no le quitó las ganas de vivir. Pronto se casó y fue madre de tres hijas. En el año 2000 nació su tercera hija, Paloma, a los seis meses de gestación y graves problemas respiratorios. Carlota pidió a la Virgen que, contra todo pronóstico médico, su hija fuera una niña sana y su oración fue escuchada. Sin embargo la providencia le depararía otra dura prueba y a los seis años enviudó.

Todas estas experiencias lejos de mustiar a Carlota la fortalecieron y permitieron que se sintiera más querida por Dios y agradecida por el don de la vida.

En los siguientes vídeos se puede ver una entrevista emitida en televisión donde Carlota explica su vida.

Parte I

Parte II

Parte III


Parte IV

No hay comentarios: