miércoles, 14 de octubre de 2009

Polanski y las distintas varas de medir

Hoy he leído una interesante entrevista en Alba Digital con un diputado francés en la que denuncia la reivindicación de una “aristocracia del Derecho” en ambientes culturales en relación a la detención del director Roman Polanski.

Brevemente, Polanski es un prófugo de la justicia que huyó de Estados Unidos tras cometer un delito de abusos sexuales, reconocido, contra una niña de 13 años drogada. A parte de esto es director de reconocidas películas.

Señalo antes distinciones porque para la progresía europea, Polanski ha sido redimido de ese pequeño “error” por sus películas de culto pues los de su casta, por lo que parece, están por encima del bien y del mal, aunque cometa uno de los delitos que la gente normal considera de los más graves. El máximo exponente de esta repulsiva actitud lo ha escenificado el ministro de Justicia francés, Frederic Mitterrand, sobrino del que fuera presidente de la República, y que cuenta con antecedentes en su biografía de alegatos en favor de la pedofilia.

Pedro Soriano, en su blog sobre política norteamericana, destaca la diferente visión entre la permisividad europea, con alguna honrosa excepción, y la rigurosidad de los medios de comunicación en Estados Unidos.

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