Un equipo de ensueño

La frase a pie de página correspondiente al día de hoy del calendario que tengo encima de la mesa dice: “El hombre que no pierde el sentido, pase lo que pase, es que no tiene sentido” Lessing.

Esto viene al hilo por la extraordinaria culminación de la temporada que ha elaborado el Fútbol Club Barcelona proclamándose vencedor de la Champions League y consiguiendo así la Triple Corona, después de ganar la Cola del Rey y la Liga.

La verdad es que no soy especialmente aficionado al fútbol pero es que este año… ha sido espectacular!!! No sólo por las copas sino por el buen juego que ha creado un equipo de ensueño. Además, la mayoría son de casa y lo viven de una manera especial, más desde dentro y eso se nota, como Iniesta que es de Fuentealbilla, Albacete, o Messi que aunque nació en Argentina desde niño se ha criado en la cantera del Barça, Puyol, Xavi, Piqué, hasta Guardiola. Un entrenador sencillo, serio en el trabajo, elegante en la victoria y la derrota, muy humano con sus jugadores, rivales y aficionados.

La leyenda de este equipo trascenderá a la generación actual, que explicará con orgullo a los nietos como vivieron estas victorias épicas. Por la juventud de sus jugadores se puede pronosticar que aún pueden dar muchas noches de gloria a los culés, o mejor dicho, a todos los aficionados del fútbol cualquiera que sea su filiación.

La victoria se ha celebrado por doquier, incluso en la madrileñísima plaza Cibeles, que, a falta de otros colores, la diosa ha sido barcelonista por un día al grito de “Escucha Madrid, el Barça manda aquí”.

En Barcelona las celebraciones se han alargado hasta altas horas de la madrugada. Miles de personas han tomado el centro de la ciudad.

Esta mañana he pasado por allí para ir a trabajar. Me ha gustado ver cómo, después de la fiesta, todo el mundo se esforzaba en hacer su trabajo para dejarlo todo en perfecto estado. Las brigadas de limpieza acicalando las calles, los empleados de parques y jardines limpiando las fuentes de la plaza, los encargados de mantenimiento arreglando los semáforos que habían sufrido algún percance… cada uno en lo suyo como si se tratara de una orquesta que une su trabajo diverso para interpretar la mejor sinfonía.

Como esta preciosa aria. Que nadie duerma que al alba ¡¡¡venceremos!!!